Reflexión personal sobre la percepción y los sentidos como base del aprendizaje

Comenzaremos con una reflexión particular de nuestro trabajo expuesto en clase el día 4 de noviembre sobre el tema: “la percepción y los sentidos como base del aprendizaje”.  El tema estuvo muy trabajado  y en clase se explicó lo principal sobre el tema puesto que este tema tiene muchos aspectos que tratar, es un tema que tiene mucho que decir. Por eso, el profesor lo calificó como bueno  aunque, aun  reconociendo que lo principal estaba tratado y que era imposible explicarlo todo acerca de este asunto, sugirió que habría faltado introducirlo un poco en el contexto artístico. En ese detalle nos vamos a fijar y de ello tratará esta conclusión/reflexión personal del trabajo propuesto.

La percepción es el  proceso mediante el cual el individuo selecciona, organiza e interpreta la información sensorial, para crear una imagen significativa del mundo. Por ello el arte está muy vinculado con este proceso que las personas utilizamos diariamente. Es importante que el artista tenga muy en cuenta la manera en que se pueden percibir sus obras. Para ello se fijan en lo que los sentidos humanos primero captan, es decir, como se perciben sus obras.

 A  la hora de crear obras de arte algunos de los elementos en los que hay que fijarse es en la textura, la forma y el color: los pintores se valen de estos elementos pues son imprescindibles para terminar de comprender la fuerza expresiva de la obra.

-Una composición llena de colores vivos y luminosos, nos connota alegría y vivacidad, en cambio una pintura con colores ocres y apagados, que presenta pocos contrastes, puede transmitirnos tristeza.
-La textura que el artista ha creado en sus obras puede transmitirnos  distintas emociones. Ésta puede ser creada por efecto de colores, o  por los distintos trazos del pincel que se hayan dado. Un trazo grueso y furioso puede transmitirnos inquietud. Un trazo suave y fino nos transmitirá calma.

- Al hablar de forma, no nos referimos a la figura en sí, si no al modo en que la pintura ha sido organizada y la manera de interactuar que tiene con las demás, pudiendo estar en armonía o contrastar bastante. También pueden ser violentas o suaves, desdibujadas o firmes, grandes o pequeñas… el autor debe de tener en cuenta que el estilo con que desarrollen sus formas constituirá el sello de expresión de la obra. Un ejemplo claro pueden ser los autorretratos de Van Gogh, que están cargados de mucha expresividad, no solo por los colores que se han empleado, o por el gesto de su rostro, sino por las formas agitadas  y ondulantes con las que ha trazado el fondo. Esas ondulaciones le dan a la obra una gran carga de movimiento.

La dirección también tiene gran importancia para la percepción de algunas obras . un ejemplo puede ser la pintura de “Madre e hijo” de Picasso:

            Esta pintura nos transmite tristeza. A pesar de que madre e hijo se encuentran pegados, los percibimos separados. Ello se debe a que ambos están mirando hacia distintas direcciones, lo cual nos transmite cierto distanciamiento.

La tendencia a la simplicidad:

El hombre percibe estructuras, no elementos aislados. Esto quiere decir que cuando observamos una pintura, no la percibimos como una suma de partes, sino como un todo. Si no fuéramos capaces de organizar nuestro entorno, éste se nos presentaría caótico. De esta manera, los filósofos de la “Gestalt”  han sistematizado una serie de nociones útiles que nos sirven para nuestro análisis.
-Una de ellas es la relación figura-fondo: en las obras pictóricas, algunos objetos se perciben “delante”, y otros “detrás”, permitiéndonos apreciar  qué cantidad de planos de profundidad contienen, y qué relaciones establecen con respecto a la ubicación, tamaño, etc.
-Otra de las leyes habla de las formas pregnantes: se trata de formas geométricas fácilmente reconocibles y esquematizables. Un ejemplo puede ser el  de La Gioconda de la que podemos decir  que la figura de la mujer puede ser esquematizada mediante un sencillo triángulo.

-Otra  ley importante  es  la de cierre: cuando percibimos que una forma está completa.

Tensiones dinámicas:
Se trata de las  fuerzas que crean movimiento en la obra. “La Gioconda” representa a una mujer quieta,  pero no inerte. Algunos recursos  para crear movimiento son la oblicuidad de las líneas o formas, la deformación de las figuras y también la interacción de colores que contrastan.

Percibir el equilibrio dentro de una pintura es un acto puramente intuitivo.

Los centros
son aquellas partes de la obra que consideramos las más importantes.  Los identificamos porque nos llaman la atención de inmediato. Como ejemplo, el centro de “La Gioconda”  es  el rostro de la mujer.

      En cuanto a los sentidos,  el arte existe para ser visto y para ser oído, pero el gusto, el olfato y el tacto, sentidos más apegados al cuerpo.. El manejo del olor se restringe casi exclusivamente a los perfumes para el cuerpo y a la creación de ambientes religiosos, mediante sahumerios e inciensos. Con el arte contemporáneo, las instalaciones y los happenings han incorporado el olor a su materia prima, e incluso el teatro en el que el espectador y el actor se mezclan, a partir de ciertas experiencias de disolución del espacio escénico, permite la percepción de los olores de una manera consciente. Sin embargo, todavía no tenemos un arte odoral, así como no hay un arte háptico, y el arte culinario está lejos de ser equivalente a otras disciplinas, visuales o auditivas.

         Y finalmente otra valoración personal que doy es que la percepción es un elemento muy común en el día a día, un ejemplo muy claro en la clase de "enseñanza y aprendizaje de las artes visuales y plásticas" es el día en que nos representamos con papel de aluminio: cuando los terminamos el profesor propuso colocarlos fuera del edifico para ver la sensación que provocaban en la gente y nos decía que cuanto más lejos se encontraban, más se percibían como si en la realidad ubiese una persona bajo el papel de aluminio, se trata de jugar con la percepción del ojo.